Los principales referentes políticos de Villa Allende responden con cautela cuando se los indaga sobre posibles candidaturas de cara a las elecciones municipales del año próximo.
El oficialismo local (Pro) parece no tener en mira ni alianzas políticas ni sorpresas en lo que queda de gestión municipal, luego del fallecimiento de Eduardo “Gato” Romero.
No obstante, las redes sociales de funcionarios y dirigentes locales dejan transcender algunos movimientos no oficializados, y hasta ensayan la búsqueda de nuevas figuras.
“Estamos trabajando”, responden escuetamente algunos referentes a la consulta de este medio.
Y es lógico que la maquinaria ya esté en funcionamiento pero, de momento, con sordina: las elecciones municipales en las Sierras Chicas palpitan a un ritmo distinto al de las grandes ciudades y un solo voto puede llegar a marcar el signo de la intendencia.
En la vecina Mendiolaza, no han querido esperar y ya hay anotados para los primeros lugares de la línea de salida.
Uno de ellos sería el actual regidor, Daniel Salibi, que aspiraría a seguir ocupando –sería la séptima vez- el principal sillón municipal.
El otro es Tomás Grunhaut, de Hacemos por Córdoba, que buscaría ser candidato en 2023 después del fallido intento de 2019, cuando disputó con Nicolás Martínez Dalke el voto peronista local donde Dalke quedó segundo detrás de Salibi.
“Salibi ejerce el cargo desde 1999 y ya debería darle lugar a las nuevas generaciones”, manifiestó Grunhaut con una clara alusión a la renovación política.
En poco tiempo, los primeros sondeos y mediciones de intención de voto dejarán vislumbrar las posibilidades de llegar con las que parte cada candidato. Del mismo modo, lo que pase en el país y en la provincia terminarán de esmerilar o dar solidez las pretensiones de cada aspirante.
Lo esencial es que aquellos que se candidateen se dejen interpelar por los vecinos y conozcan al detalle las realidades de sus ciudades.
